Quiebre

Ella no entendía  No, ella si entendía  ya hace rato que lo había entendido todo. Lo que le faltaba a ella era aceptarlo. Aceptar que no importaba cuantas cosas cambiaras, con quien fuese la sensación  siempre seria lo mismo. Ella estaba destinada a dar, sin recibir nada a cambio. A la soledad, a odiar la felicidad de otros, a envidiarla. Ella, siempre ingenua, a pesar de todo por lo que había pasado, se arriesgo a ilusionarse una vez mas, con una persona nueva. Pero ya era obvio, al principio todo parecía estar bien, todo parecía ser perfecto pero siempre tenia que terminar todo mal, cuando ella comenzaba a ilusionarse con ese algo, ya el destino daba vuelta las cosas, se reía en su cara y le mostraba, una vez mas, como ella nunca iba a poder tener eso que tanto anhelaba. Su cara y su expresión se mantenían serias ante todo. De que servia llorar? gritar? enojarse? Ella había hecho antes todas esas cosas y no habían servido de nada, porque seguir haciéndolas si nada iba a cambiar?

Pero ella ya estaba cansada. Cansada de disimular todo detrás de una sonrisa, estaba cansada de hacerse la que no le afectaba nada, harta de ocultar todo detrás de una sonrisa casi perfecta. Detrás de esa mascara que había estado perfeccionando con los años. Ya no se sorprendía cuando las cosas le salían mal, cuando todo le salia mal, porque ya se había acostumbrado a todo eso. Pero era inentendible que a pesar de todo haya vuelto a dar una chance mas. Tonta, tonta, tona.... acaso jamas iba a aceptar la realidad? Los cuentos de hadas no existían, ni los sueños ni las ilusiones hechas realidad, por lo menos no existía para ella.

Y ella solo sentía odio. Dolor, rencor y odio. Odio hacia ese mundo que la había creado y le había dado vida, simplemente para que ella no la viviera. Porque lo suyo no era vida, eran solo días  horas y minutos sufriendo un remolino de sensaciones, sensaciones malas y dolorosas. Y ella simplemente ya no podía aguantarlo, siempre trataba de buscar una respuesta, pero nunca la había  Las cosas eran así por que si y nada podía cambiarse.


Y así fue como ella no amo nunca, nunca mas.